El estadio Olímpico de Sevilla, candidato a la final de la Liga de Campeones de 2008
El estadio Olímpico de Sevilla ha presentado su candidatura ante la UEFA para acoger la final de la Liga de Campeones de 2008, según confirmaron hoy fuentes del Instituto Municipal de Deportes del Consistorio hispalense.
Sevilla sólo ha albergado hasta el presente una final de la Copa de Europa, en 1986, que jugaron Barcelona y Steaua de Bucarest, con triunfo de los rumanos, en el Sánchez Pizjuán.
La candidatura actual está basada en la experiencia positiva recabada en los anteriores acontecimientos deportivos de primer orden, que ha albergado el recinto cartujano. El más próximo de ellos es la final de la Copa Davis jugada el año pasado entre España y estados Unidos, con triunfo español, en la que se batió un récord de asistencia con 26.600 aficionados en las gradas.
Pero, además, en lo meramente futbolístico, el Olímpico -que mantiene este nombre, a pesar de no haber albergado unos Juegos y de que los sueños de una Sevilla olímpica han cedido su sitio a Madrid- ha visto cómo se disputaban en su recinto varios partidos de la selección nacional, incluido el amistoso organizado para su inauguración, entre España y Croacia el 5 de mayo de 1999. A ello hay que sumar la final de la UEFA que enfrentó al Celtic y al Oporto en 2003, y las finales de Copa del Rey disputadas entre Atlético de Madrid y Valencia en 1999 y, dos años después, entre el Celta y el Zaragoza.
La 'puesta de largo' de este coliseo tuvo lugar, no obstante, en agosto de 1999 con el Mundial de Atletismo. Dotado de 60.000 plazas, la mayoría de las cuales están a cubierto, el estadio Olímpico ofrece asimismo una zona de aparcamiento con capacidad para 20.000 vehículos, entre otras comodidades.
Sin embargo, no es menos cierto que el acceso y posterior evacuación del estadio resulta invariablemente problemática al estar enclavado en una zona de difícil tránsito, lo que produce los consiguiente embotellamientos de tráfico.
Igualmente, y pese al enorme desembolso económico que supuso su construcción, el adiós a las ilusiones olímpicas sevillanas, y la negativa del Betis y el Sevilla de trasladarse a él, dejaron al estadio -que tiene categoría de cinco estrellas- sin futuro ni utilización alguna, de forma habitual.
Por ello, en caso de que le fuera concedida, la final de la Liga de Campeones de 2008 supondría un 'balón de oxígeno' para los siempre escasos ingresos que genera esta instalación, a lo que se unirían unos notables ingresos para Sevilla por las numerosas visitas y pernoctaciones que realizarían los hinchas de los dos equipos finalistas.
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